viernes, 6 de agosto de 2010

Volví a abrir esta página para escribirles algo... una historia... aquí va:

-Llueve, ella le da temor, respira y respira. En su mente una idea loca de suicidio, para ella y su amado, se mira las manos y no encuentra el por qué, se mira a un espejo fijamente se mira y se toca y se pregunta -¿Por qué Dios?-. Mira a su amado, aquel atado cegado también por aquella obsecion de su amada. Luego ella suelta una risa algo desquiciadora lo mira con gillete en mano y con una voz dulce -¿Amor, no crees que lo mejor para que nuestro amor sea eterno vivir los dos la muerte y así estar juntos siempre?-. El se asusta, trata de gritar, pero los truenos y la lluvia son más fuertes, luego ella se acerca a él le toma el brazo, le sube lentamente su muñequera de un grupo de metal o algo así, le sigue diciendo por qué es que esta asustado, el la mira y con sus ojos llenos de lagrimas que pareciera que va a brotar una gota de sangre de ellos.
La mujer ya tan desquiciada, loca y algo alterada le grita -¡Amor! perdóname yo te amo, así nuestro amor sera eterno, lo juro-. Él no entiende solo la mira... Luego de haber subido esa muñequera con la gillete en mano la pasea suavemente por su muñeca y le dice -Amor, no duele... es algo que hago a menudo, te juro no duele-. Al segundo siguiente ella con fuerzas y su cara llena de emoción le corta lentamente las muñecas, el sangra y sangra y gritando desesperado aún con ese pañuelo en la boca, trata de escapar mirando a los lados... No encuentra escape, no ve luz... todo es tan oscuro y se pregunta que hizo mal... Esa mujer desquiciada sigue y sigue cortando sus brazos y llega a las venas y le dice -Amor, aquí es donde duele un poquito pero te iras quedando dormido, ya dí el gas y te quedaras dormido-. Poco a poco ese gas se va expandiendo por la habitación, el se desangra mientras su amada tararea una canción muy dulce, para que el duerma con tranquilidad. El gas se expande rápidamente... Ella llora y le grita que lo ama, luego se corta con una gran furia sus brazos hasta dejarlos totalmente con ese liquido rojo con el que ella jugaba siempre luego le dice- ¿Amor quieres un cigarro?-. El desesperadamente, con las fuerzas que le quedaban le mueve la cabeza alterada mente negandolo... Ella aún se desangra más rápido que él, ella dice -Sí mi amor... aquí nos vamos juntos- Enciende el cigarro y los ojos de aquel muchacho se llenan de temor, ella solo le susurra en el oído -Te Amo...-. De pronto se escucho solo una explosión y... Asi se fueron dos almas enamoradas y una mujer desquiciada, juntos al amor eterno...

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